"Atisbos" es el nuevo libro de poesía de Jorge Leonidas Escudero. Fue presentado el 18 de mayo en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes de San Juan.
Ante la inmensidad
Fue
alguna de esas noches en que miraba cielo
en
lejanías sobre campo oscuro y vi
cruzárseme
un relámpago lejano. Fue tal
como
ver chispear una idea
en
el umbral de otro mundo.
Es
como si en el fondo del desierto hubiera
querido
hacerse luz una verdad pero
pasó
fugaz y quedé a oscuras.
Parece
que la inmensidad
quiere
decirme un secreto y al ver
que
todavía falta mucho en mí
queda
muda.
Tal cual
Me
veo en esa foto jovencito
en
campo de San Juan, estoy sentao
en
un carro sin ruedas. Parece
que
me siento feliz.
Me
cuelga de la boca provocativamente
un
cigarrillo que dice mírenlo a este,
se
hace el triunfador y veremos después
qué
va a pasar con él.
Joven
amigo,
me
da alegría verte y que hayas venido
a
visitarme. Ya sé,
quisieras
saber qué hago hoy, y sí,
anduve
tras el rastro de algo maravilloso
pero
igual que vos
me
quedé sentao en un carro sin ruedas.
Polinización
Es
que miré a una flor de mi huerto,
muy
bonita,
y
ella también se quedó mirándome
como
a decirme
que
necesitaba algo de mí.
Sí,
como pidiéndome que libara en ella.
¿Me
confundiría con una abeja? Y claro,
yo
no podía
ser
vehículo de polinización
para
quesa flor llegara a ser fruto.
De
modo que al no poder satisfacerla
desvié
la vista de tal hermosura
y
me fui algo triste
porque
claro,
para
satisfacer a tal belleza
no
me alcanza, soy menos que un insecto.
Jorge Leonidas
Escudero, de su libro “Atisbos”, 2012.
Juicios Críticos sobre Jorge Leonidas Escudero
“La síntesis surge espontánea, viene de una auténtica necesidad y nos descubre la realidad telúrica en facetas inéditas (...) Su profunda regionalidad, raíz en la roca, universaliza su terruño y lo lleva al concierto de lo descubierto, lo hace adquirir vivencia y permanencia con la magia de la palabra”
Rufino Martínez, escritor sanjuanino, en Prólogo a “La raíz en la roca”, 1970.
“Mi hermano Jorge Leonidas siempre pensó que le faltaba algo esencial y corría a buscarlo. Quería comunicarse con los pájaros. Quería encontrar montones de oro. Aún hoy apuesta todo a una carta y se queda confuso cuando pierde. Esto también le ocurre muchas veces cuando ama. Quiere afirmarse y le da por escribir versos. Busca un absoluto, la felicidad. En algunos poemas aparecen matices de humor y en otros chispazos de ironía (...) Para él no hay límites entre palabras aceptadas o no por las academias, las toma en definitiva como medios para liberar tensiones y llega, en la expresión de sentimientos que rebasan límites, a cierto balbuceo e incluso aspira al ademán. Esto porque el poeta trata de interpretar intuiciones, algo sin nombre, y se duele del bagaje con que cuenta.”
María Margarita Escudero, hermana del poeta, docente de Letras, en Prólogo a “Jugado”, 1992.
“He aquí un estilo consumado. Todo poeta verdadero es un estilo, por ello, inimitable. (...) Jorge Leonidas Escudero rescata el habla típica sanjuanina, privilegiando lo sonoro, tal como se oye, sin caer en clisés gauchescos; y, desde la sonoridad de las palabras tal como las dice y piensa emotivamente, llega a establecer un habla propia, individual, que funciona como código universal (...) El toque irónico, la sutileza, el fino sentido del humor domina, en primer plano, la gigantesca mueca que dibuja el trágico batallar de lo viviente entrampado en el juego circular a que empuja el deseo, camino inevitable hacia el dolor y la frustración (...) La enseñanza vital de este ‘Lama de Los Andes’ consiste en dejar entrar el ‘vientecillo irónico’ de la realidad para probar la risa jocosa (comprensiva) del que sabe. Se trata de una risa fruto de lo serio. Es una risa seria la del Buda”
María Reyna Domínguez, poeta sanjuanina, en Prólogo a “Caballazo a la sombra”, 1998.
“Puede definirse el estilo de Escudero como tendencia rapsódica identificada como oralidad, en tanto principio axial de la poética del autor. La oralidad se conjuga con la escritura, en procedimiento retórico destinado a rescatar la tradición oral como cultura, recuperando la identidad de la comarca cuyana como parte de lo andino. Además, adopta la forma de un encuentro dialógico imitando la comunicación cara a cara, y asume la clase de mentalidad que caracteriza a sociedades que se basan en la comunicación oral. Sin embargo, es precisamente la escritura la que posibilita la ilusión de realidad que emula el gesto, el ademán y el dinamismo fluyente de la vida inacabada. Como una conversación.”
Beatriz Mosert, docente e investigadora de la Universidad Nacional de San Juan, en su Tesis de Doctorado:“Las Fronteras de la Literatura Argentina en la Región de Cuyo – El habla poética de Jorge Leonidas Escudero”, 2005
“Jorge Leonidas Escudero nos presenta siempre la imagen del que busca. Ya sean recuerdos, detalles de la sensación, circunstancias naturales, voces o cualquier otro ademán de la vida, es constante su referencia a lo posible, y hasta lo apartado y lo oculto. Sus poemas, por tanto, semejan mapas; y su obra puede percibirse como una cartografía de lo que se pudiera alcanzar o, vista ya como cosa escrita, una bitácora del indescifrable transcurrir humano (...) Si pensáramos en tres palabras que condensaran la obra vasta de este poeta, yo anotaría las siguientes: magia, imaginación, trascendencia”
Benjamín Valdivia, prologuista y seleccionador en “Le dije y me dijo – Antología poética de Jorge Leonidas Escudero”, publicado por Azafrán y Cinabrio Ediciones, México, 2006.
“En la voz y en la escritura de Jorge Leonidas Escudero se parió una nueva poesía, en constante búsqueda vital, montaraz, indómita, que desafía el estatus de la escritura poética. No se alinea (no se aliena) con escuelas, modas, cánones, especulaciones de figuración, que son rejas a la esencia libertaria de la poesía.
Así ha sendereado Escudero sus búsquedas por la montaña, detrás del ansiado tesoro que nunca apareció - habiendo estado tan cerca -, sus búsquedas por el juego, apostando azarosamente entre números y esperando que un crupier cante finalmente la cifra que será la llave de la fortuna, que nunca apareció - habiendo estado tan cerca - ; sus búsquedas por el amor y esa mujer puesta en horizonte lejano, una mujer y todas a la vez, detrás de tan idealizado amor que nunca llegó - habiendo estado tan cerca - ... Y esta búsqueda inclaudicable tras la palabra única, en pos de poder decir lo justo y necesario a través del generoso pero nunca suficiente universo discursivo de la Poesía, persiguiendo el poema final, el que diga Todo lo deseado en pocas líneas, el que se parezca mejor a la piedra filosofal, al número perfecto, al amor total, a todo el oro buscado a lomo de mula y golpe de pico en las vetas prometedoras de la montaña”